En el sudoeste bonaerense hay un lugar de los que quedan pocos: se llama La Chiquita, un balneario que atrae a los visitantes no solo por la tranquilidad que dan sus extensas playas sino porque lo caracteriza un ambiente de desconexión casi total con el resto del mundo.
«Cuando se habla de La Chiquita se habla de una abstracción de la realidad, es un lugar donde vamos a buscar la paz, hasta diría paz interior. Nos remontamos a las relaciones, a la charla del mate, ya que no podemos contar con el acceso a internet, porque no hay señal todo el tiempo y eso nos facilita retirarnos, a conectar con el medio ambiente y cuidarlo», señaló la titular del Área de Turismo de Villarino, Laura Córdoba, en conversación con Amo Viajar.

El balneario La Chiquita está ubicado en el Municipio Villarino, a 158 kilómetros de Bahía Blanca. Sus habitantes permanentes son solo seis personas y su origen se remonta al año de 1984 cuando un propietario de un campo donó el espacio para la creación del lugar recreativo. No obstante, los habitantes toman como fecha de fundación el 7 de enero de 1985, pues fue ese día cuando «se consolidó el primer camino y se concreta el primer viaje para ingresar».
Córdoba detalló que la única forma de llegar a estas playas es en auto particular, transitando 71 kilómetros de un camino de ripio que se toma en el kilómetro 781 de la Ruta 3. «La vía se encuentra en muy buen estado y permite visitar una de las playas más extensas del sudoeste bonaerense que cuenta con 24 kilómetros de extensión», agregó la funcionaria.
La Chiquita es también un destino de turismo sustentable debido a que es un lugar de bajo consumo eléctrico. La electricidad que tienen proviene de la energía solar y eólica y el generador diésel solo se usa dos horas durante el verano. La población más cercana es Mayor Buratovich, así que la recolección de residuos requiere un tratamiento especial para preservar el medio ambiente.

«Es un lugar donde se puede encontrar la paz, en verano las aguas siempre tienen una temperatura superagradable para bañarse. El alojamiento es en cabañas de alquiler temporario y también hay un camping que cuenta con duchas, agua caliente, baño, muy bien preparado para recibir al turista», agregó Córdoba.
Por las características de este pequeño pueblo, la funcionaria explica que «los servicios son bien acotados. Contamos con servicio de proveeduría, pero solo en temporada de verano. La población residente vive prácticamente de la pesca y hacen de guía a los visitantes para salir de pesca embarcada».
«Vale destacar el rol de la Sociedad de Fomento que atiende las necesidades tanto de cuestiones de energía, por ejemplo han colocado luminarias led y solares en varios lugares, están desarrollando una plaza entre los mismos vecinos y organizan eventos de inicio de temporada y competencias de pesca», concluyó Córdoba.

