Desde la Patagonia argentina hasta los paisajes majestuosos de Alaska, Alejandra Morello y Nacho Ruffa han recorrido un camino único a lo largo de cinco años y dos meses. En una travesía que comenzó en mayo de 2018, esta pareja de contadores públicos decidió dejar atrás la rutina para embarcarse en una aventura que transformaría sus vidas y su forma de ver el mundo.
«Salimos desde Argentina, de Cipolletti (Río Negro), el 16 de mayo del 2018, en nuestra Renault Kangoo, bien chiquitita. Y después de cinco años y dos meses, llegamos a Alaska, el año pasado, en julio. Y bueno, ahora ya estamos regresando hacia Argentina, a paso lento, pero firme», relató Alejandra en Amo Viajar.
La idea de emprender este viaje surgió a raíz de la experiencia de un amigo de Nacho, quien se aventuró hacia Alaska en bicicleta junto a su novia. Inspirados por estas historias, Alejandra y Nacho comenzaron a considerar la posibilidad de dejar atrás la seguridad de sus trabajos y sumergirse en la incertidumbre de la carretera.
«Nosotros los dos somos contadores públicos. Y en el 2015, uno de los mejores amigos de Nacho empezó su travesía hacia Alaska, pero en bici con su novia. Ellos nos empezaron a contar historias de su viaje, las anécdotas y Nacho trataba de convencerme a mí, pero yo le decía que no iba a dejar mi carrera, mi trabajo, mi seguridad, por ir de hippie por ahí, jamás», comentó Alejandra.
Sin embargo, el destino tenía otros planes para ellos. A medida que exploraban opciones y se sumergían en historias de viajeros, la idea de partir en búsqueda de nuevas experiencias comenzó a ganar terreno en sus mentes.
«La verdad que fue raro, porque la primera vez que le digo, «Ale, ¿y si viajábamos?», me dijo que fuera yo. A los días siguientes se ve que le apareció algún viajero por Facebook y medio como que se interesó, empezó a leer. Yo le insistí, pero poco, para no atosigarla. Fue un trabajo fino», recuerda Nacho.
El viaje, que inicialmente estaba planeado para durar alrededor de un año y medio o dos, se convirtió en una odisea que transformó sus vidas. En una Renault Kangoo, convertida en su hogar sobre ruedas, Alejandra y Nacho comenzaron a convivir, pues hasta ese momento no habían dado ese paso como pareja.
«La verdad que salimos con ahorros, pero en Córdoba, a los tres meses de viaje, conocimos a una pareja que viajaba, y nos preguntó cómo sustentábamos el viaje? Cuando les dijimos que con ahorros nos recomendaron que nos pusiéramos a hacer algo», relató Nacho.
Fue entonces cuando descubrieron una nueva forma de sustentar su viaje a través de la artesanía y la gastronomía, convirtiendo sus habilidades en una fuente de ingresos que les permitió continuar su travesía con mayor tranquilidad.
Durante su periplo por América la pareja ha visitado distintos lugares que llamaron su atención y que los dejaron fascinados. Alejandra aseguró que tiene un top five: «En mi ranking está el volcán Acatenango en Guatemala, que también fue una experiencia impresionante ver un volcán en erupción; el Caribe de Costa Rica, muy bello, con los guacamayos, todos los animalitos que ves ahí, muy libres y silvestres; la naturaleza de Canadá, que es impresionante, como nuestra cordillera, pero maximizada un millón de veces; el Gran Cañón, que a mí me parecía exagerado lo que decía la gente y la verdad es que me quedé sin palabras, es impresionante».
«En el corto plazo nos quedan unos meses para recorrer México, capaz un poquito de Centroamérica, pero la idea en el mediano o largo plazo es volver a Argentina y seguir recorriendo Argentina», concluyó Nacho.
Nacho y Alejandra están en las redes sociales como «el patio de casa por América«, con fotos de sus recorridos en Instagram y diversos videos en YouTube.
