Con 27 años, el influencer Sasha Crivelli ha logrado transformar su pasión por los viajes y las redes sociales en una experiencia de vida que inspira a miles. Nacido en La Plata y criado en Necochea, Sasha dejó Argentina en 2022 buscando mejores oportunidades y un cambio radical en su estilo de vida. Desde entonces, ha recorrido varios países, ha vivido experiencias culturales únicas y ha encontrado una manera de conectar con otros viajeros a través de sus plataformas digitales.
Una de las experiencias que más ha marcado a Sasha es la de los voluntariados, que le permitieron ahorrar dinero mientras conocía nuevas culturas. “Conocés a otros viajeros, todos te cuentan su experiencia, aprendes otros idiomas. Y está muy bueno porque es a nivel internacional. Podés irte de voluntario a trabajar en una granja o en la casa de alguien en Colombia, por ejemplo. Siempre te incluyen el alojamiento y la comida a cambio de una pequeña actividad que realizás todos los días”.
La idea surgió en un momento de incertidumbre: “Me mudé como unas siete veces en ocho meses, ni bien llegué a España. No podía conseguir un alojamiento y ya no sabía qué hacer, entonces de tanto buscar en internet me salió un video de un creador de contenido que estaba de voluntariado. Y ahí lo vi como una opción”.
A partir de entonces, comenzó a recomendar la plataforma Worldpackers. “Es como un Airbnb, pero para voluntarios. Buscás dentro de ese grupo al país al que querés ir y los voluntariados que hay. Podés poner filtros, como las horas para trabajar o si querés que incluya o no las comidas. Es una herramienta increíble”, dijo.
En Bélgica, Sasha vivió una de sus experiencias más enriquecedoras: “Fui con un amigo, que nunca lo había hecho. Le gustó tanto que después se fue a otro. Estuvimos literalmente en un castillo, con un chico colombiano, dos chicas de Canadá, otras de Australia. Los dueños eran de Holanda. El intercambio cultural fue enorme”.
Las actividades en el castillo iban desde cortar leña hasta limpiar y cocinar. “Un día hicimos un asado argentino y estaban todos súper contentos. La relación y el contacto con los anfitriones fue muy estrecha. Todos los días almorzábamos y cenábamos juntos. A la noche, cada uno contaba qué hizo durante el día y qué aprendió. Promovían mucho la comunicación y eso hacía que, si llegaba alguien nuevo, enseguida se sintiera parte del grupo”, comentó Sasha.
Sasha destacó que los voluntariados no tienen restricciones de edad. “Donde estuvimos había un voluntario de 56 años y varios profesores. Es una actividad de intercambio. Vas a enseñar, explicar algo, ayudar. No hay ningún tipo de requisito para la edad”.
En un mundo que cada vez demanda más conexión y flexibilidad, Sasha Crivelli demuestra que viajar, ayudar y compartir pueden ser la clave para construir una vida plena y significativa.
La historia del influencer
Aunque nació en La Plata, Sasha se considera un necochense de corazón. “La mayor parte de mi vida, y más ya de grande, estuve en Necochea. Mi mamá está en Necochea, mi papá también vive y trabaja ahí. Siempre estuve ahí, tengo amigos, o sea, la verdad que la mayor parte de mi vida la hice ahí”. Sin embargo, la situación económica lo llevó a tomar la decisión de emigrar.
“Uno de los motivos por los que me fui del país fue que yo ya había terminado de estudiar, había terminado la universidad y fui a trabajar a la ciudad de La Plata, que era donde estaba estudiando mi novia. Y resulta que la situación económica no fue nada buena, incluso tenía dos trabajos. Esa fue una de las cosas que me dieron el empujón final para irme, porque en realidad siempre estuve dándole vuelta a la idea de viajar, pero no tenía claro cómo, y cuando llegó ese momento dije, bueno, me voy y que sea lo que Dios quiera”, contó.
Sin formación en comunicación, Sasha descubrió en las redes sociales un canal para ayudar a otros. “No estudié nada relacionado a la comunicación, incluso tengo un amigo con el que hablo a diario y él siempre me dice que tengo un don para explicar porque nunca estudié nada. Simplemente me salió de adentro el hecho de empezar a grabar para que a los demás no les pasen ciertas cosas que a mí me pasaron. Y dije lo voy a compartir en redes sociales (@sasha.viaja), a alguien le puede servir, y ahí empezó todo”.