Liverpool, la ciudad que vio nacer a los Beatles, es mucho más una meca para fanáticos de su música y además tiene un encanto particular que le ofrece a sus visitantes. Así lo describe Gabriel Melatini, de Melatini Viajes, quien en su paso por esta emblemática ciudad británica destacó su riqueza cultural, su revitalizado patrimonio arquitectónico y el dinamismo que se respira en cada esquina.
“Liverpool es una de las ciudades que como argentinos más tocamos de oído. Es como que uno cuando viene a Reino Unido va a Londres, después a Edimburgo y termina en Liverpool. Obviamente lo de los Beatles nos mueve un montón de sentimientos”, dijo Melatini en el programa Amo Viajar en un contacto en vivo desde la misma ciudad que vio nacer al cuarteto más famoso del siglo XX. Allí pasan dos noches, como parte de un itinerario que comienza en Londres, sigue por York, Edimburgo, Glasgow y luego baja hacia Cardiff, Oxford y Dublín.
El fuerte de Liverpool, más allá del fútbol, sigue siendo el legado beatle. “Primero hacemos los circuitos típicos: Penny Lane, The Cavern… Trato de centrar bastante la visita en los Beatles, pero después es una ciudad que tiene el puerto, que es espectacular, museos, biblioteca, mucha vida”, explicó. Y no dudó en destacar que “vale mucho la pena recorrerla a pie. Es una ciudad bastante caminable: en dos horas se hace bien de un punto al otro del centro histórico”.
Melatini remarcó que el puerto de Liverpool tiene una particularidad: “Es una de las pocas ciudades donde los grandes cruceros pueden atracar en pleno centro. Eso no es tan común en Europa”. El viaje es con un grupo guiado por Melatini y se aloja en la zona de los muelles de Albert, una parte revitalizada que comparó con Puerto Madero por sus construcciones de ladrillo y su impronta moderna. “Liverpool es una ciudad a la que le están inyectando mucho dinero. Se prevé que en los próximos 50 años tenga una explosión turística tremenda”, señaló.

Uno de los momentos más emotivos del viaje es el paso por Penny Lane: “Es la parte donde se inspiraron muchas de las canciones clásicas de los Beatles. Cuando uno camina por ahí se mueven muchas fibras. Es una ciudad con mucha vida. De noche está llena de gente que vive ese ritmo musical en cada esquina”.
En cuanto a la gastronomía, Melatini reconoce que el Reino Unido no es famoso por su cocina, pero rescata las experiencias: “Por ahí terminás comiendo adentro de la catedral protestante. Más que por lo que comés, lo que pagás es la experiencia de estar en un lugar único. Es eso lo que se valora”.

También destaca las dos iglesias principales, la anglicana y la católica, que “se modificaron casi al mismo tiempo. Paul McCartney puso mucho dinero en una de ellas y el barrio se puso en valor. Es espectacular cómo quedó”.
El viaje se hace una vez al año, entre junio y agosto, para aprovechar el verano de las islas. “Todos los años lo repetimos, con algunas modificaciones. Lo hacemos en un ritmo cómodo. No es de esos viajes donde estás corriendo todo el día. Acá se trata de disfrutar”, afirmó.
