Las montañas atraen desde hace mucho tiempo a los fanáticos del senderismo, la escalada y los deportes de invierno. También atraen a los visitantes por sus espectaculares paisajes, su rica biodiversidad y sus vibrantes culturas locales.
A medida que el sector se recupera de las consecuencias sin precedentes de la pandemia, se presenta la oportunidad de replantearse el turismo de montaña y su impacto en los recursos naturales y los medios de vida, pero también de gestionarlo mejor y aprovechar su contribución hacia un futuro más resiliente, inclusivo y sostenible.
En 2019, el año más reciente del que se dispone de cifras, los 10 países más montañosos recibieron solo el 8% de las llegadas de turistas internacionales de todo el mundo, señala el informe, titulado Comprender y cuantificar el turismo de montaña, publicado por la ONU.
El turismo ha demostrado ser un salvavidas para muchas comunidades en las regiones montañosas y puede desempeñar un papel destacado en la protección de los medios de subsistencia adaptados a estos frágiles ecosistemas, que se enfrentan a continuas amenazas por el cambio climático y la sobreexplotación.

El informe recomienda un esfuerzo colectivo, entre el sector público y privado en toda la cadena de valor, para mejorar la recopilación y entrega de datos para obtener una evaluación más exhaustiva del turismo de montaña en términos de volúmenes e impactos, de modo que pueda comprenderse mejor y desarrollarse.
El informe también pide una labor concertada para ayudar a concienciar sobre la importancia socioeconómica del turismo de montaña y políticas específicas para crear empleo, apoyar a las pequeñas y medianas empresas y atraer inversiones verdes en infraestructuras y digitalización de los servicios turísticos.
La cuota estimada del turismo de montaña en las llegadas de turistas internacionales a América del Sur es de entre 7 a 12 millones. La cordillera de los Andes se posiciona como un importante atractivo turístico de montaña en toda la región. En relación con los deportes de invierno, hasta el 35% del total de esquiadores en Chile son extranjeros, una cifra que alcanza el 20% en el caso de Argentina.
Fuente: Noticias ONU
