San Mayol, con su modesto tamaño y su relativa desconexión con los principales centros urbanos, ha dejado una impresión duradera en quienes han tenido la oportunidad de visitarlo. Enclavado a 220 kilómetros al suroeste de Bahía Blanca, es un tesoro poco conocido.
Para adentrarnos en este rincón con una identidad única, conversamos en Amo Viajar con Ezequiel Lanza, un especialista en turismo, quien nos reveló los secretos y maravillas de este pueblo del Partido de Tres Arroyos.
Uno de los rasgos más distintivos de San Mayol es su arquitectura peculiar. A diferencia de los típicos pueblos rurales, aquí no encontrás las tradicionales «casas chorizo», también conocidas como la media casa romana. En cambio, te sumergís en un paisaje de casas de dos plantas y una iglesia que se alza majestuosamente en medio de la llanura pampeana.
La iglesia, en particular, es un punto de referencia notable en San Mayol. Lanza revela un detalle sobre esta estructura: «En realidad no está en el medio del campo, sino está pegadita al pueblo, pero sin construcciones alrededor que por ahí esas construcciones linderas a una iglesia la opacan un poco. En este caso sí parece que está en el medio de la nada, porque está en un terreno amplio y sin nada atrás.»
«La arquitectura es lo que nos distingue como pueblo rural», destacó el experto, quien agregó que la historia de San Mayol se remonta a finales del siglo XIX, cuando la familia Mayol, encabezada por Felipe Mayol de Senillosa y María Luisa Kramer, adquirió más de 20.000 hectáreas en la zona. Fundaron la colonia San Felipe, que sirvió como punto de partida para el desarrollo del pueblo. La llegada del ferrocarril en 1907 marcó un hito crucial en su crecimiento.
Uno de los nombres más destacados en la historia de San Mayol es el de Jorge Mayor, también conocido como Jorge Salvador, quien se destacó como ingeniero civil. Tras estudiar en Francia, regresó a Argentina para administrar los campos familiares. Durante la década de 1930, construyó la icónica iglesia del pueblo.
«Jorge Mayol empieza de alguna manera a despuntar el vicio, a construir algunas casas de estilo europeo muy marcado, casas de lo que fue el Hotel San Mayol y la iglesia a pedido de su madre», agregó Lanza.
Otro personaje notable en la historia de San Mayol es el doctor Francisco Masferrer, un catalán independentista, que participó activamente en la causa independentista en Cataluña, al llegar a Argentina dejó su huella en San Mayol. Aquí, creó la «esquina catalana, una recreación de los que fueron barrios obreros de las colonias industriales catalanas. Allí es donde tenemos algunas de estas construcciones de dos plantas».
Hoy en día, San Mayol alberga alrededor de 50 habitantes en su planta urbana, aunque llegó a tener entre 300 y 500 personas.
Lamentablemente, el tren que alguna vez fue vital para el transporte de la producción agrícola de la provincia de Buenos Aires ya no pasa por San Mayol debido al deterioro de las vías. Esto representa una pérdida significativa para la comunidad local.
«A nosotros nos gusta mucho recibir visitas», dijo Lanza, quien recomienda visitar el pueblo con tranquilidad, para pasar el día: «Generalmente lo que hacemos es un recorrido guiado, pasando por varias de las construcciones. Nos lleva aproximadamente dos horas, porque terminamos charlando, intercambiando».
En cuanto a opciones para comer, actualmente la cantina del club está cerrada temporalmente, pero el experto asegura que siempre se organiza una comida cuando alguien va de visita. Ya sea un almuerzo, una picada, empanadas o incluso tortas para el desayuno.
Para contactar a Lanza y planear una visita a San Mayol, podés encontrar más información en la cuenta de Instagram @espardenya.sanmayol o comunicarte con él directamente al +54 9 2983 51-1146.
