Destinos secretos, lejos de las multitudes, lugares fuera de lo común, que son auténticas joyas ocultas de Europa.
Desde las coloridas calles de Bosa en Italia hasta las serenas aguas termales de Saturnia, el pintoresco pueblo de Nesso en el lago de Como, la tranquila isla de Halki en Grecia , el encanto medieval de Albarracín en España , la belleza virgen de la isla de Corvo en las Azores, cada destino ofrece una visión distintiva de los secretos mejor guardados de Europa.
Embarcate en un viaje a estos lugares menos conocidos y descubrí las diversas y cautivadoras experiencias que te esperan más allá de los caminos trillados de Europa.
Bosa (Italia)
Ubicado a orillas del río Temo, Bosa es uno de esos pueblitos italianos que parecen sacados de una postal. Las casitas de colores y el imponente castillo de Malaspina hacen que caminar por su centro histórico sea un verdadero placer. No te pierdas una visita al castillo ni un rato de relax en la playa de Bosa Marina. Si te gusta comer bien, probá el tradicional porceddu (lechón asado) y las seadas, unas delicias rellenas de queso y bañadas en miel. Y para brindar, nada mejor que una copa del vino local: Malvasia di Bosa.
Nesso (Italia)
En plena orilla del Lago di Como, Nesso se destaca por su paisaje de película: el «Orrido di Nesso», un desfiladero natural con cascada incluida, y el viejo puente romano Ponte della Civera, que regala unas vistas mágicas. Además, si sos fan del buen comer, aprovechá para probar los pescados del lago, como los missoltini (pescado seco al sol) o un risotto al pesce persico (con perca).
Ideal para perderse entre naturaleza, historia y buena cocina.
Isla Corvo (Azores)
La más chiquita de las Azores pero con un encanto gigante. En Corvo vas a encontrarte con el impresionante Caldeirão, un cráter volcánico enorme con lagunas e islotes que parecen de otro mundo. El único pueblito, Vila do Corvo, es una postal viva de la tradición azoriana.
Animate a descubrir este rincón escondido en medio del Atlántico y probá el caldo de peixe (sopa de pescado) y los biscoitos de orelha, unas galletitas típicas de la zona.
Albarracín (España)
Conocido como uno de los pueblos más lindos de España, Albarracín enamora con sus callecitas angostas, casas color rosado y antiguas murallas que lo rodean. No dejes de visitar la Catedral de El Salvador y el Alcázar.
Ideal para los que buscan historia, encanto y un paseo a paso lento por uno de los secretos mejor guardados de Europa.
Blagaj en Buna (Bosnia y Herzegovina)
Este rincón tranquilo esconde una joya espiritual: el Blagaj Tekija, un monasterio derviche pegado a un acantilado, justo donde nace el río Buna. El paisaje es perfecto para meditar, sacar fotos increíbles o simplemente sentarse a contemplar.
Y si te tienta la comida local, no te vayas sin probar los čevapi (carne grillada) o el clásico burek, un pastel relleno que no falla.
Rupit (España)
Un pueblito medieval de Cataluña que parece detenido en el tiempo. Rupit te recibe con sus calles empedradas, casas de piedra y su famoso puente colgante de madera sobre el río. Visitá la iglesia de Sant Miquel, que data del siglo XII, y hacete una caminata hasta la cascada Salt de Sallent para ver unas vistas que te van a dejar sin aliento.
De yapa, disfrutá de una buena escudella (guiso típico) o una butifarra bien sabrosa.
Halki (Grecia)
Chiquita pero soñada, Halki es una isla del Dodecaneso que te deslumbra con sus aguas turquesas y su arquitectura neoclásica. Date una vuelta por la iglesia de Agios Nikolaos y su campanario, y después relajate en la tranquila playa de Kania.
Para coronar el día, un buen plato de pulpo a la parrilla o una astakomakaronada (langosta con pasta) y listo: el paraíso.
Con información de European Best Destinations
