En el interior de la provincia de Buenos Aires, las estancias y cascos rurales narran historias de esplendor, esfuerzo y legado. Son testigos silenciosos de una época donde el campo argentino era el motor económico del país, y las familias terratenientes dejaban su impronta en la arquitectura y el paisaje.
Durante el auge agroexportador de fines del siglo XIX, muchas de estas familias decidieron levantar residencias que no solo cumplieran una función práctica, sino que también expresaran su visión de progreso. Inspiradas en estilos europeos, especialmente franceses e italianos, estas construcciones combinaban elegancia, modernidad y adaptación al entorno pampeano.
En ese contexto histórico se inscribe el castillo La Raquel, una imponente construcción ubicada en el partido de Castelli. Su origen está ligado a la familia Guerrero, una de las más influyentes de la época, que dejó una huella indeleble en la historia rural y arquitectónica de la región.
Una joya de la historia bonaerense
Ubicado en el partido de Castelli, el castillo La Raquel es una de las construcciones más emblemáticas del siglo XIX en la provincia de Buenos Aires. Su imponente estructura y su rica historia familiar lo convierten en un destino ideal para conocer el pasado arquitectónico y cultural del interior bonaerense.

El origen: visión y fortuna
Carlos José Guerrero y Reissig llegó a la Argentina desde las Islas Canarias en 1838. Empresario visionario, fundó una compañía naviera que le permitió amasar una considerable fortuna. Su hijo, Manuel Guerrero, heredó su temple emprendedor y adquirió cerca de 40.000 hectáreas en Buenos Aires, dedicadas a la producción agropecuaria.
Nace el castillo La Raquel
En 1894, Manuel Guerrero decidió construir una residencia que representara el estatus de su linaje: el castillo La Raquel. Inspirado en la arquitectura francesa, destaca por su torre central color salmón y su cúpula gris. Desde allí, las vistas del río Salado y los amplios ventanales ofrecen una postal única de la pampa bonaerense.
Patrimonio abierto al público
Actualmente, La Raquel se ha convertido en un espacio abierto para eventos privados y visitas guiadas. Sus senderos arbolados, su casco histórico conservado por la Fundación Russo Guerrero y sus propuestas gastronómicas invitan a descubrir un rincón donde el pasado sigue vivo.

Un destino ideal para una escapada distinta
Ya sea por su valor arquitectónico, su historia o su entorno natural, el castillo La Raquel es una excelente opción para una escapada de fin de semana. Una oportunidad para conectar con el legado de quienes moldearon la identidad del interior bonaerense.
