En 2025, ApoteoSurprise, una agencia parisina especializada en propuestas de matrimonio extravagantes, promete llevar el romanticismo al espacio. Su innovadora propuesta consiste en una cena romántica a bordo de una cápsula presurizada, elevada por un globo estratosférico a 35 kilómetros de altitud. Desde allí, las parejas podrán disfrutar de vistas panorámicas de la Tierra y el espacio, una experiencia que busca recrear el overview effect, esa transformación cognitiva que han experimentado algunos astronautas al contemplar nuestro planeta desde el cosmos.
Durante el viaje, los enamorados serán agasajados con una cena de cinco platos diseñada por un chef con dos estrellas Michelin. Este toque de lujo se complementará con la presencia de StellarEmbrace, un robot asistente que no solo servirá la comida, sino que interactuará con los comensales adaptándose a sus emociones. El clímax de la experiencia será la propuesta de matrimonio, donde StellarEmbrace entregará un cofre luminoso con un anillo de compromiso, en un momento cuidadosamente coreografiado para ser inolvidable. Todo el evento será grabado para que la pareja pueda revivirlo siempre.
ApoteoSurprise, fundada en 2006, ha organizado más de 2.000 propuestas de matrimonio espectaculares, desde lluvias de pétalos en yates hasta momentos mágicos al pie de la Torre Eiffel. Sin embargo, llevar estas experiencias al espacio supone un desafío técnico y logístico sin precedentes. Aunque los globos estratosféricos se han utilizado en misiones científicas, su adaptación para el turismo comercial requiere superar importantes obstáculos de ingeniería.
La cápsula deberá garantizar no solo la seguridad y comodidad de los pasajeros, sino también mantener condiciones ideales para disfrutar de la gastronomía de alta gama. Además, la viabilidad económica y la accesibilidad de estos vuelos son factores críticos en un sector donde el turismo espacial aún está en una etapa inicial. Empresas como SpaceX y Blue Origin están liderando el camino, pero los vuelos comerciales regulares a estas altitudes aún no son una realidad.
A pesar de estas dificultades, la idea de una propuesta de matrimonio en el espacio resulta tan cautivadora como ambiciosa. La combinación de vistas únicas, tecnología de punta y un enfoque altamente personalizado promete una experiencia inolvidable. Sin embargo, con tantos desafíos pendientes, surge la duda de si este sueño romántico podrá materializarse en 2025 o si necesitará más tiempo para despegar.
