La ciudad de Miramar, ubicada a 48 kilómetros de Mar del Plata y a 430 de Bahía Blanca, combina playas y naturaleza en su Bosque Vivero Florentino Ameghino, una reserva forestal de 502 hectáreas con senderos ideales para caminar, correr o andar a caballo. Este bosque, creado en 1923 para fijar dunas, ofrece 25 hectáreas al público, incluyendo áreas recreativas con fogones, parrillas, un museo y una capilla. Su atractivo también reside en el Bosque Energético, un sector de casi 5 hectáreas conocido por relatos de fenómenos sobrenaturales y energías particulares.
El Bosque Energético, también llamado Bosque Encantado, desafía las leyes físicas según los relatos locales. Visitantes guiados por Carlos Pagliardini pueden experimentar la aparente estabilidad anómala de objetos y escuchar historias de gnomos, duendes e incluso avistamientos de ovnis. Además, se especula sobre un antiguo cementerio indígena y un “chakra visible” de la Tierra. Según el guía, pasar tiempo en este lugar genera tranquilidad y reduce el estrés.
El doctor Livio Vinardi, pionero en biopsicoenergética, estudió las propiedades energéticas del bosque, relacionándolas con el “prana” y el aura. Usando equipos propios, midió niveles energéticos altos en las ramas de los árboles y promovió la tradición de abrazar árboles para recibir sus beneficios. Además, mencionó la presencia de seres elementales y fenómenos visuales captados en fotografías.

En el ámbito científico, investigaciones del Conicet confirmaron la caída de un meteorito en la zona hace 3,5 millones de años, lo que pudo haber causado una extinción masiva y una posible Era de Hielo. Este impacto dejó huellas visibles en los acantilados cercanos, como escoria metálica y suelos cocidos, generando interés continuo en la NASA para ampliar el conocimiento sobre la región.
Pruebas recientes del suelo del Bosque Energético revelaron altos niveles de hierro y magnetita, lo que crea un campo magnético que afecta brújulas, celulares y hasta el comportamiento de aves e insectos. Este fenómeno alimenta la fascinación por el lugar, donde muchos buscan experiencias que combinan lo natural con lo místico.
El acceso al bosque es libre para peatones, aunque en verano y feriados se solicita un bono contribución para vehículos. Las visitas guiadas, con un costo de 3000 pesos, duran una hora y requieren reserva previa. Son aptas para todas las edades, y se recomienda llevar ropa cómoda y calzado adecuado.
Con información de La Nación
