Escondido a los pies de la Cordillera de los Andes hay un hotel de lujo que cayó en el olvido durante mucho tiempo y que poco a poco está volviendo a funcionar.
Se trata del Gran Hotel Villavicencio, Mendoza, que durante décadas fue símbolo de esplendor y de la elite argentina hasta que el paso del tiempo, la tragedia y el abandono lo convirtieron en una postal olvidada.
Hoy, 85 años después de su inauguración y tras un gran tiempo en el que no se lo pudo visitar, existe una manera de acercarse hasta él y descubrir su rica historia.
El Gran Hotel Villavicencio se inauguró en 1940 y fue una joya de la hotelería de montaña. Construido con un estilo normando y ubicado a 1.750 metros del nivel del mar, supo captar el interés de la elite porteña debido a su propuesta termal, que incluía en cada habitación un baño para disfrutar de este tipo de agua con propiedades curativas.

Con sus 30 habitaciones, servicios de lujo y vistas privilegiadas, supo ser un emblema de descanso para presidentes, artistas y empresarios que buscaban intimidad y paisaje.
Su época dorada se extendió durante casi cuatro décadas. Sin embargo, en 1979 -un año después de alojar a decenas de visitantes del Mundial de Fútbol- cerró sus puertas. El contexto económico adverso, la pérdida de conectividad con Chile y la falta de inversiones lo dejaron a la deriva.
Para ir a conocer el Gran Hotel Villavicencio primero hay que sacar una entrada para visitar la Reserva Natural Villavicencio. Este ticket, que cuesta $17.500 para los turistas argentinos habilita a realizar trekking por la zona y acceder hasta el hotel.

Si bien no recupera su función tradicional como hospedaje, sus instalaciones han sido restauradas y puestas en valor como espacio cultural, histórico y turístico dentro de la Reserva.
Los visitantes ahora pueden recorrer sus salones, disfrutar de visitas guiadas, conocer más sobre su legado y maravillarse con los detalles arquitectónicos originales que sobrevivieron al paso del tiempo. El hotel también es escenario de eventos, actividades educativas y circuitos interpretativos.
Fuente: Noticias Argentinas
