En el norte bonaerense aparecen paisajes que cambian sutilmente con las estaciones, pueblos tranquilos que conservan su esencia y una forma de viajar que invita a bajar el ritmo y conectar con lo simple.
Ideal para una escapada de fin de semana, esta zona del interior de la provincia de Buenos Aires sorprende por su encanto discreto, su aire criollo y la calidez de su gente. Ya sea para descubrir tradiciones rurales, disfrutar de una buena comida casera o simplemente para dejarse llevar por el paisaje, es una opción perfecta para quienes buscan salir de la ciudad sin recorrer grandes distancias.
La Ruta Provincial 31 es mucho más que un camino rural: conecta la RN 7 con la RN 8, atraviesa pueblos con encanto, y ofrece una experiencia de turismo lento entre paisajes agrícolas, tradiciones criollas y tranquilidad. Ideal para quienes buscan escapadas cortas por el interior bonaerense, sin alejarse demasiado de la ciudad.
Un recorrido entre paisajes rurales y pueblos con historia
En el norte de la provincia de Buenos Aires, la Ruta Provincial 31 se extiende como un corredor que combina funcionalidad y belleza. Une dos arterias nacionales clave, la Ruta 7 y la Ruta 8, siendo una vía estratégica para el tránsito regional, especialmente para quienes viajan entre Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Pero más allá de su utilidad como atajo, se destaca por su valor paisajístico, cultural y turístico.
De Colón a Rojas: el inicio de un viaje tranquilo
El recorrido puede comenzar en Colón, una ciudad cercana al límite con Santa Fe. Desde allí, la Ruta 31 serpentea hacia Rojas, pasando por parajes como El Arbolito y Guerrico. En Rojas, el visitante encuentra historia, buena gastronomía y una intensa vida cultural, con lugares emblemáticos como la iglesia San Francisco de Asís y el Teatro Italia.
Carmen de Areco: conexión con la Ruta 7
La siguiente parada relevante es Carmen de Areco, punto de conexión con la Ruta Nacional 7. Este pueblo conserva una fuerte identidad criolla, visible en sus estancias históricas, su arquitectura y sus celebraciones populares. Es un lugar ideal para el turismo rural, con propuestas que incluyen visitas a la iglesia Nuestra Señora del Carmen, al Museo Histórico Francés y a establecimientos gastronómicos con comidas típicas.
Rumbo a la Ruta 8: campo abierto y pueblos rurales
Hacia el noreste, la Ruta 31 llega a su empalme con la Ruta Nacional 8. En este tramo, el paisaje se vuelve más abierto, dominado por campos infinitos, molinos de viento y cielos amplios. Quienes siguen viajando pueden acercarse a localidades como Capitán Sarmiento, Arrecifes o San Andrés de Giles, destinos con fuerte impronta rural y mucha historia.
Turismo lento: otra forma de recorrer la provincia
Uno de los mayores encantos de esta ruta es su ritmo: sin congestionamientos, con buena infraestructura y rodeada de naturaleza. Es ideal para escapadas de fin de semana en auto, moto o bicicleta, con múltiples puntos de interés cercanos y estaciones de servicio bien distribuidas.
Actividades imperdibles en la Ruta 31
- Visitar estancias rurales: Paseos a caballo, almuerzos criollos y vida de campo.
- Recorrer museos locales: Historia viva en cada pueblo.
- Participar de fiestas populares: Tradiciones que se mantienen vivas todo el año.
- Fotografiar el paisaje: Ideal para quienes buscan capturar postales rurales.
- Disfrutar la gastronomía: Parrillas, fondas y casas de comida casera en cada localidad.
Un destino para las cuatro estaciones
El corredor de la Ruta 31 se puede disfrutar todo el año. En primavera florecen los campos; en verano se destacan los espacios recreativos; en otoño, los caminos se tiñen de dorado; y en invierno, los fogones y casas de té invitan a disfrutar de la calidez del interior.
