En el corazón de Oncativo, Córdoba, la imaginación se hizo realidad gracias a Oscar Scorza, empresario, dueño de Econovo y del hotel de campo cinco estrellas Nono Luigi. En el programa Amo Viajar, Scorza contó cómo un conjunto de casualidades terminó transformándose en uno de los proyectos turísticos más innovadores del país: un hotel con habitaciones dentro de aviones.
“Yo compré un campo que hacía 100 años que había sido de mi bisabuelo de Italia. Ahí por eso el Nono Luigi”, relató Scorza, explicando el origen del nombre del complejo. La idea original no fue un hotel, sino un espacio de eventos. “Terminé haciendo el primero un boliche bailable, un lugar de eventos. Un lugar sano porque lo controlamos mucho”, recordó. Pero la historia dio un giro inesperado cuando se cruzó con tres aviones que marcarían el rumbo de su emprendimiento.
La adquisición de las aeronaves fue casi una aventura. “Me ofrecieron un avión. Yo pensaba que era un avión chico, normal, porque tenemos un avión en la empresa para movernos. Y cuando me dijo que era un Boeing, le dije directamente, no me interesa. Y bueno, eran tres. Entre gitanos nos pusimos de acuerdo que en realidad de no interesarme, me interesaron los tres aviones”, contó. Así comenzó un proceso que llevó más de un año de trabajo para transformar las aeronaves en habitaciones de lujo.

“Los aviones los tenés que vaciar completo por dentro. Y como es cónico en las dos puntas, son diferentes también los dos, no te sirve lo adelante para atrás. Intentamos mantener la mayor parte posible del avión adentro que sea original. El techo original, las ventanillas quedan originales”, explicó Scorza, destacando el nivel de detalle y el respeto por la estructura original de las aeronaves. Las habitaciones, sin embargo, son mucho más que un capricho visual: son un despliegue de tecnología y confort. “Siempre la idea es mostrar algo diferente con inodoro inteligente, mesa de luz que carga el teléfono, ducha donde podés atender el teléfono mientras te bañás y cambiar las luces.”
Otro de los toques únicos del complejo son las mangas de acceso, auténticas de un aeropuerto real. “Son dos mangas que compré en el aeroparque en Buenos Aires. Justo vi que estaban moviendo una, le saqué una foto, averigüé y conseguí que me la vendan. En el aeropuerto vieron muy importante el proyecto de reciclarlas y usarlas en vez de tirarlas”, relató.

El hotel Nono Luigi combina el encanto rural con la experiencia aérea. “En realidad viene mucha gente a cumplir casi una fantasía. Hay fanáticos de los aviones, gente que sigue todas las líneas aéreas. El otro día hicimos un aero asado y vinieron 43 aviones a comer”, reveló Scorza. La pista de aterrizaje del predio permite que visitantes lleguen volando, vivan la experiencia y disfruten del entorno.
Pero el concepto va más allá del alojamiento. Nono Luigi integra naturaleza, bienestar y gastronomía. “El comedor, el lobby del hotel es el lobby de los aviones. El spa con pileta climatizada y jacuzzi también lo usa la gente de los aviones. Y estamos terminando la pileta abierta”, dijo.

El complejo funciona además como una granja abierta, donde los visitantes pueden interactuar con animales. “Hay todo tipo de animales, gansos, patos, cabras, ovejas, caballos y vacas. En realidad, es muy completo”, explicó Scorza.
Más allá del atractivo visual y la originalidad del concepto, el proyecto de Scorza busca posicionar a Oncativo como un nuevo polo turístico cordobés. “Para conseguir turismo no hace falta ni mar, ni nieve, ni montaña. Nosotros lo conseguimos a la mitad del campo, con un turismo familiar muy sano”, aseguró.
Con 20 habitaciones, un salón de fiestas para 700 personas y una agenda cargada de eventos temáticos —como la Fiesta del Salame o la del Calo—, Nono Luigi se ha convertido en un destino donde el lujo, la innovación y la identidad cordobesa se dan la mano.
Toda la información para hospedarse en este hotel se pueden encontrar en sus sitio web nonoluigi.com o en Instagram @nonoluigicampohotel
