Las salinas del sureste pampeano, ubicadas en una serie de valles que cada año se cubren de un deslumbrante manto blanco, se consolidan como uno de los paisajes más impactantes de la región. Estas depresiones naturales no solo ofrecen una postal incomparable, sino que permiten descubrir el origen de un recurso esencial para la vida cotidiana: la sal. Los circuitos salineros autorizados combinan naturaleza, historia productiva y cultura local, convirtiéndose en una experiencia turística inolvidable.
El recorrido comienza en General San Martín, hogar de la imponente salina “La Colorada Grande”, de donde se extraen miles de toneladas de sal común. Esta localidad ostenta desde 2003 el título de Capital Nacional de la Sal y celebra cada febrero la Fiesta Nacional de la Sal. Allí también funciona la planta de la empresa Timbó SA, líder en el mercado alimenticio, que industrializa una amplia variedad de productos para consumo hogareño e industrial.

A pocos kilómetros, Macachín invita a viajar al pasado. A principios del siglo XX surgió “La Colonia”, una cooperativa obrera y vecinal dedicada a la explotación de las Salinas Grandes de Hidalgo. Hoy este espacio integra el Registro Cultural Pampeano como testimonio vivo de los inicios de la actividad. En Hidalgo opera la reconocida Compañía Introductora de Buenos Aires S.A., responsable de la marca Dos Anclas.
Otro punto destacado es Jacinto Arauz, donde la colonia San Rosario —fundada por inmigrantes Alemanes del Volga— alberga la salina “Colorada Chica”. Se trata de la quinta productora provincial y un sitio de enorme valor paisajístico y cultural, marcado por el legado de sus trabajadores.
La Adela completa el mapa salinero con superficies extensas como Salitral Negro, de 3600 hectáreas, donde funcionan emprendimientos como “La Aurora” y “Proinsal”. También se encuentra la histórica Salina de Anzoátegui, de 2300 hectáreas, cuyas cosechas pueden alcanzar las 120.000 toneladas. La actividad allí se mantiene viva gracias a los descendientes de sus fundadores, que continúan la tradición extractiva.

Para recorrer este universo blanco es obligatorio hacerlo por los circuitos autorizados, siempre en forma peatonal y acompañado por un guía habilitado. Estas medidas garantizan seguridad, protección ambiental y una experiencia educativa que permite conocer en detalle el sistema de extracción y la importancia productiva de la sal.
Desde Bahía Blanca, las salinas pampeanas se encuentran a unos 260 a 300 kilómetros, según el punto elegido dentro del circuito (General San Martín, Macachín o La Adela). El acceso principal es por Ruta Nacional 35 o por Ruta Nacional 3 empalmando con rutas provinciales pampeanas, en caminos totalmente transitables. El viaje dura entre tres y cuatro horas y permite combinar turismo de naturaleza con un recorrido cultural único en el país.
Guías habilitadas y registradas en la Secretaría de Turismo de La Pampa:
Mónica Salvador (02954) 15390222 @descubrilapampa.ar
Ana Lía Di Meo (02923) 15484742
Cecilia Bartolomé (02954) 15523218 @ceciliabartolome_salinas
Verónica Pallero (02954) 15517624 @veronicapallero
Sofía Menvielle (02923) 15416903 @visitamacachin
Estela Campo (02923) 15426936 excursionesguatraché@gmail.com
