Costa Rica ofrece una experiencia inolvidable para los viajeros con su impresionante belleza natural, biodiversidad y compromiso con la sostenibilidad. Con playas tropicales, selvas exuberantes, volcanes majestuosos y montañas imponentes, el país cuenta con una variedad de paisajes asombrosos.
“Tiene un territorio muy pequeño con una variedad de atractivos que puede complacer a muchos gustos. Tenemos la facilidad de cruzar el país de costa a costa en un día, se pueden ver volcanes, tenemos playas cálidas y maravillosas en ambas costas, cada una con su propia magia”, aseguró Laura Ballestero, gerenta general de Vandará, en el programa Amo Viajar.
Ubicada en Centroamérica y con una superficie de unos 51.000 kilómetros cuadrados (más o menos del tamaño de la Provincia de Jujuy), es reconocido como uno de los países más biodiversos del mundo y con un fuerte compromiso con la sustentabilidad.
“Hemos hecho un esfuerzo país desde hace más o menos tres o cuatro décadas con un compromiso que viene desde la educación de nuestros niños para que se entienda que tenemos que cuidar nuestros recursos y la idea es legar a nuestros hijos y a los habitantes del planeta un ejemplo de esfuerzo. Si cada persona lo hace desde su metro cuadrado se ve la diferencia y eso se está viendo en Costa Rica en los últimos tiempos”, agregó.
Viajar a Costa Rica es tener la posibilidad de bañarse en las playas del Atlántico y del Pacífico en un mismo día, pues el recorrido se hace en pocas horas. Cada extremo tiene su particularidad y Ballestero destaca que del lado atlántico es fuerte la cultura afrocaribeña, y en el otro resaltan los bailes tradicionales, las leyendas y la gastronomía. Además, desde la costa del Pacífico se puede visitar la isla Cocos.
Las playas ticas ofrecen múltiples actividades como paddle surf, buceo, entre otras, y no muy lejos disfrutar de la parte de montaña. “Hay mucho para ofrecer con la facilidad de que se pueden recorrer varios destinos en poco tiempo”, afirmó.
Ballestero dirige el Parque Vandará, que está ubicado a 20 minutos de la ciudad de Liberia (a la que se llega desde la capital, San José, en unas tres horas). Es un espacio donde resalta la naturaleza, el respeto por el medio ambiente y donde la aventura es parte de la experiencia.
“Tenemos la opción de cabalgata, también canopy con un sistema de cables para recorrer el bosque desde arriba. Y para quienes les gusta la adrenalina, nuestro tobogán de agua de 400 mts de bajada rodeado de bosque”, explicó.
El recorrido incluye el avistaje de animales como el mono aullador o el cara blanca, así como una experiencia gastronómica en la que se detalla el proceso de producción de café y de azúcar y se disfruta de un almuerzo típico y snacks preparados en el lugar. Además, toda la comida y bebida es producida en los huertos del propio parque como parte de su esfuerzo por ser autosustentables.
Ballestero recomienda una estadía mínima de una semana con alojamientos en San José, la capital, y en Liberia, lo que permitiría, en primer lugar tener contacto con lugares históricos y culturales, y luego adentrarse en la aventura natural que combina montaña, playa y volcanes. A esto hay que agregar que en Liberia también hay un aeropuerto internacional. Las opciones para hospedaje son amplias y se adaptan a todos los presupuestos.
El país tiene dos estaciones bien marcadas: invierno, entre abril y octubre y verano, de noviembre a marzo. “No es un invierno de nieve o temperaturas extremas. Acá es la temporada de lluvias, con temperaturas de unos 18 grados en la capital y de unos 2 a 3 grados en las zonas altas. Por ejemplo, Guanascate, donde está ubicado el Parque Vandará, en verano tiene hasta 35 grados de temperatura”, explica la gerenta.
Para movilizarse dentro del país hay varias opciones. Desde vuelos internos que ayudan a ahorrar tiempo, hasta transporte público que tiene menor costo. También se puede alquilar vehículos o utilizar los servicios privados que van directo a los sitios turísticos.