Existen múltiples maneras de recordar a Diego Armando Maradona, uno de los más grandes ídolos populares que ha dado Argentina. El Diez, quien a finales de octubre hubiese cumplido 63 años, recorrió distintas localidades para disfrutar de sus momentos de descanso que hoy son en cierta forma atractivos turísticos que siempre evocan su paso por allí.
Esquina, Corrientes, es la tierra de sus padres, Don Diego y Doña Tota. Maradona pasó decenas de ocasiones allí, pescando y sintiéndose uno más, como él mismo decía. En febrero de este año, se inauguró un monolito en homenaje en el lugar donde se emplazaba la casa de sus padres, en la intersección de la avenida Costanera y la calle Sargento Cabral. Ubicada al sudoeste de la provincia, Esquina es, además, sede de la “Fiesta Nacional de la Sandía” y se ubica a sólo 300 kilómetros de la capital provincial, donde se puede disfrutar del emblemático Carnaval de Corrientes.
También en la región Litoral, Maradona supo disfrutar del Paraná y de su afición por la pesca en la Isla del Cerrito, en la provincia del Chaco. Se dio durante las vacaciones de invierno de 2012. A sólo 50 kilómetros de Resistencia, el pueblo es ideal para descansar y contemplar la naturaleza, realizar largas caminatas por sus senderos, rodeados de antiguos árboles y construcciones que datan de fines del 1800. Allí se pueden realizar paseos fotográficos, avistaje de aves y animales en su hábitat natural, cabalgatas, campamentos, paseos náuticos, en bicicleta y turismo aventura en un paisaje inolvidable de verde y agua.
En la provincia de Buenos Aires, Diego elegía el balneario Marisol, ubicado en Coronel Dorrego, al sur de la provincia. Allí llegó por primera vez en 1983 y pasó tres períodos de vacaciones a principios de la década del 90. Marisol es una playa del sur bonaerense que conserva intacta su naturaleza donde mar, rio, bosque y dunas se fusionan formando un escenario único e ideal para disfrutar en familia y conectarse con los sentidos. Se encuentra ubicado a 110 km de la ciudad cabecera y a 22 km de la localidad de Oriente, frente al Mar Argentino y próxima a la desembocadura del Río Quequén Salado.
En 1997, Pelusa visitó Villa La Angostura para realizar su última pretemporada como futbolista profesional. Declaró: “Me sentí maravillosamente bien. Encontré un lugar al que podría venir con Claudia a disfrutar de nuestros últimos años”. A 70 kilómetros de San Carlos de Bariloche, La Angostura es una zona de lagos, ríos y montañas rodeada de bosques, ideal para vacaciones, la recreación y deportes tales como el ski, snowboard, trekking, mountain bike, cabalgatas y distintas excursiones.
Fuente: Ministerio de Turismo