El sudeste asiático está lleno de lugares, costumbres y comidas que a los ojos del viajero occidental producen un efecto de contraste que hacen que la experiencia de visitar un destino tal alejado sea invaluable. Tailandia es uno de esos puntos maravillosos.
El punto de inicio para conocer a este país, famoso por sus playas tropicales, los palacios reales, las ruinas antiguas y los templos con figuras de Buda, es Bangkok, su capital, donde viven más de 10 millones y el caos convive con el esplendor de una ciudad con mucho para mostrar al turista.
«Es una capital multicultural: ves hinduistas, budistas, chinos, japoneses, europeos. Tenés rascacielos tipo Nueva York, pero tenés gente que te está cocinando en la puerta un pincho de pollo. En general, es un país extremadamente seguro, no vas a tener problema de robos. Le dicen el país de las sonrisas, es gente agradable que te abre la puerta de su cultura», comentó Gabriel Melatini, director de la agencia Melatini Turismo.
Desde la propia Tailandia y con una diferencia horaria de 11 horas, Melatini le confirmó a Amo Viajar, lo que en el mundo del turismo se viene diciendo desde hace un tiempo sobre ese país. De hecho, es considerado uno de los destinos tendencia entre los argentinos para este año, y figura en el ranking de la prestigiosa revista Conde Nast Traveller como uno de los lugares más amigables con los turistas.
Una de las actividades imperdibles es la visita a los majestuosos templos budistas. «Son realmente maravillosos», comentó Melatini, y agregó que solo en la capital hay unos 20 templos. Uno de los más antiguos, el Ayutthaya, está a 80 kilómetros de allí y otro de gran valor arqueológico, el Sukhothai, se encuentra a 400 km. Ambos son patrimonio de la Unesco.
«En Bangkok hay tres templos que alojan figuras de Buda. Está el Wat Phra Kaew, donde está el Buda esmeralda, y a donde la gente hace peregrinación; el Buda de oro, que está hecho de oro macizo y mide tres metros (Wat Traimit); y el Buda de 45 metros de largo en el templo What Pho», relató el experto en turismo.
Otros dos lugares claves que se pueden visitar en Tailandia son las ciudades de Shan Mei en el norte, a donde se viaja en avión o por tierra. Es en este último medio de transporte con el que se puede visitar el templo Sukhothai, donde incluso se puede andar en bicicleta dentro del complejo.
«En Shan Mei hay santuarios que está recuperando a los elefantes del trato cruel que sufrían antes, cuando los tenían como mascotas y le sacaban provecho con los turistas. Allí hicimos actividades con un tribu, algo más autóctono menos común de la visita turística», agregó Melatini.
Un tercer destino recomendado es al sur, en Phuket donde están las espectaculares playas.
Melatino comentó que hay muy buena conectividad aérea y terrestre por bus y por tren. Se puede alquilar auto y «es bastante amigable para moverse, no es un destino difícil».
Otros atractivos muy llamativos son los mercados, uno es flotante, que está a una hora y media de Bangkok y también el Mae Klong. El primer «es una Venecia: alquilás tu canoa y te van llevando por los canales. Después está el otro donde pasa un tren en medio de los feriantes.»
Comida, masajes y turismo sexual, fueron tres mitos que Melatini derrumbó en sus conversación con Amo Viajar en directo desde Tailandia. Sobre lo primero, dijo que no es que solo comen bichos, pero destacó que es una experiencia exótica muy interesante. Además, resaltó que la comida callejera es muy variada, con lugares de expendio muy higiénicos.
Sobre el masaje tailandés dijo que es una práctica milenaria y que «cada 20 metros hay una casa de masaje con costos tan bajos como unos $5 mil pesos al cambio por una sesión de hora y media».
También dijo que es mito lo de la oferta sexual, que no es una cosa masiva, o que se ve por doquier. Además, Tailandia es un destino también familiar, por lo que se ve a personas con sus hijos pequeños y demás.
Un imperdible para probar son sus platos típicos: el pad thai, que son fideos de arroz en miles de variedades y después el curry de pollo, carne, cerdo.
Melatini comentó que el idioma no es una barrera. El tailandés se combina con el inglés y con un poquito de español y una sonrisa de por medio, el turista se hace entender con los habitantes.
La duración de un viaje por Tailandia depende del gusto del turista. La mayoría lo combina con otros destinos del sudeste asiático en unas vacaciones de 15 días, pero la recomendación personal de Melatini es tomarse un tiempo similar para disfrutar de este destino de forma exclusiva.