Los viajes en solitario de mujeres mayores están transformando la forma en que se entiende el turismo contemporáneo. Un estudio de Girls’ Guide to the World muestra que las viajeras de más de 50, 60 y 70 años buscan experiencias auténticas, conexión emocional y propósito. Estas mujeres ya no viajan para escapar, sino para encontrarse consigo mismas y con el mundo.
El 65% de las encuestadas expresó interés en una mayor inmersión cultural, mientras que el 56% prioriza el descanso y el 44% busca aventura. Según Liz Einbinder, de la empresa Backroads, “a muchas viajeras en solitario les mueve un profundo sentido de la curiosidad y el deseo de aprovechar al máximo esta etapa de la vida”. Añade que su impulso proviene de la idea de “si no es ahora, ¿cuándo?”
El auge de esta tendencia se relaciona con grandes cambios vitales —jubilación, divorcio, pérdida de un ser querido o independencia económica— que permiten a muchas mujeres redescubrir su autonomía. Como explica Deborah Dotson, presentadora de Senior Travel Adventures: “Empecé a viajar sola porque estaba cansada de esperar a que mis amigos me acompañaran… tengo 68 años y estoy casada, pero mi marido ya no quiere viajar, así que sólo me queda una opción”. Para muchas, viajar solas representa libertad, flexibilidad y autodescubrimiento.
Lejos del turismo superficial, estas viajeras buscan lujo con significado: experiencias profundas, guías locales y comidas auténticas, no bañeras de mármol. Según la encuesta, el 27% estaría dispuesta a gastar más de 8.500 euros en un viaje “único en la vida”, pero con propósito. Doni Belau, fundadora de Girls’ Guide to the World, destaca que “nunca ha habido una época en la que las mujeres hayan tenido tanta autonomía y dinero para gastar”.
Además, los viajes activos están en alza: senderismo, motoaventura o rutas como el Camino de Santiago. Nadine Gravis, de 10Adventures, relata el caso de una mujer de 70 años que completó sola los 804 km del Camino Francés “para demostrarse a sí misma y a su familia que podía hacer algo extraordinario”.
Estas mujeres desafían estereotipos: usan tecnología, se organizan por su cuenta y buscan energía, no descanso. “Quizá no persiguen la fiesta, pero rechazan un viaje que parezca una residencia”, resume Shelley Marmor, de DiscoverCars.com. En definitiva, las viajeras mayores están reescribiendo el mapa del turismo moderno, demostrando que la edad no limita los sueños, sino que les da más sentido.
Con información de Euronews
