Uno de los componentes de un viaje es entrar en contacto con otras formas de vivir, otras costumbres y lenguas. El Medio Oriente ofrece esta alternativa y sumado a la fiesta futbolera, Qatar ha abierto sus puertas al mundo para mostrar su historia y su cultura.
Con el avance de Argentina en el Mundial Aerolíneas lanzó ofertas en sus vuelos, pero según advirtió Juan Calandrini, de la agencia de viajes Surland, la compra del boleto debe ser el último paso si se quiere visitar Qatar en estas fechas, pues es una exigencia tener alojamiento y entrada para los partidos.
Como la competencia se encuentra en una etapa avanzada es complicado conseguir entradas, pero en el mercado de reventa se consiguen entre 500 y 600 dólares. Aunque vale la pena intentar en la página de la FIFA.
Calandrini dijo en el programa Amo Viajar, que en medio del Mundial es necesario sincronizar el alojamiento y las entradas, así como la Hayya Card, que son requisitos para abordar. Del resto, una vez en el país, el viajero tendrá muchas oportunidades de conocer un país increíble.
“Qatar te vuela la cabeza. Es impresionante ver las diferencias desde lo cultural a los paisajes”, contó el periodista Germán Sasso, quien visitó el país árabe durante la primera fase del Mundial y relató su experiencia en Amo Viajar.
Sasso destacó que es una nación “que explotó, que creció entre el desierto y el golfo Pérsico, es decir, cientos de edificios, lujosos, altísimos. Doha (la capital) es una ciudad absolutamente moderna en medio del desierto”.
Las playas son uno de sus principales atractivos. La mayoría son privadas y algunas están ubicadas en medio de la ciudad. “Para tener una idea es como estar en el Costa Galana frente al mar en Mar del Plata y uno cruzando una avenida ya tiene una playa. La mayoría de las playas son privadas, pero son de aguas cristalinas, aguas tibias, muy serviciales todos los que atienden”, comentó el periodista.
La seguridad está garantizada, aunque no hay gran presencia policial en la calle, todo está monitoreado, hay cámaras en cualquier lugar y eso hace la diferencia.

“La frutilla del postre es el desierto, conocer el desierto, los camellos. Hay una particularidad que no sé en cuántos lugares del mundo se puede encontrar que es el desierto llegando al mar, llegando del golfo Pérsico. Acá es una duna más otra, el desierto es infinito es una cosa inconmensurable, algo digno de visitar”, relató Sasso.
Las excursiones al desierto pueden ser de día o de noche, con el calor como un factor clave para definir la salida a esos lugares. Entre septiembre y diciembre, cuando es otoño, las temperaturas son menores al resto del año, pero igual “hay que tomar recaudos, porque se hace bravo en algunas en algunos horarios así que no me quiero imaginar lo que debe ser junio-julio”, agregó el periodista.
Pero el calor no es razón para no empacar los abrigos, ya que, según relató Sasso, “acá pasas frío en los ambientes cerrados, porque están los aires acondicionados no a 24 cómo recomiendan en la Argentina sino a 22 o 20 grados. Es un contraste muy fuerte entre el exterior y bueno, los propios estadio de fútbol tienen aire acondicionado debajo de los asientos”.

Las tiendas también son un gran atractivo en Qatar. “Los shoppings son muy impresionantes. Hay uno en particular el Centro Comercial Villaggio, que tiene una especie de Venecia dentro del shopping, tenés gondoleros que te llevan a dar una vuelta en los canales artificiales y un cielo también artificial recreado como si fuera Italia”, comentó.
La influencia de ser una nación petrolera se nota en muchos aspectos. La riqueza proveniente de este recurso natural les da un estatus de potencia que se hace notar en su trato hacia los dólares en efectivo, por ejemplo, con la exigencia de billetes de reciente impresión.
Un aspecto importante de visitar Qatar es tener en cuenta la marcada diferencia cultural, en especial con la religión, pero aunque en eso son muy estrictos, existe amabilidad con el turista. Existen restricciones para tomar fotografías en algunos lugares, así como a las personas en la vía pública, en especial a las mujeres.
“Estamos hablando de otro mundo, de otra cultura en algunas cosas todavía obviamente muy retrasados en cuanto a lo que estamos nosotros en cuanto a los derechos de las mujeres, la homosexualidad”, agregó Sasso.

Otro tema es el alcohol: “No está disponible ni en los supermercados ni en los bares ni en los restaurantes. Bares como conocemos en la Argentina no hay, porque al no haber alcohol lo que se vende es agua, gaseosas y jugos de fruta, pero no hay alcohol salvo en los hoteles más lujosos o en algunos bares que están también esos hoteles que atienden al público extranjero”.
“Un imperdible es el centro histórico, un lugar tradicional donde ves absolutamente la cultura árabe. Están los mercados de especias, de animales (obviamente algo prohibido en Argentina) donde están a la venta pájaros verdes, tortugas; también telares con productos más artesanales tradicionales”, concluyó Sasso.
