La nueva terminal de partidas del Aeropuerto Internacional Ezeiza -que duplicará su capacidad operativa- fue inaugurada este viernes por el presidente Alberto Fernández y el ministro de Transporte, Diego Giuliano y comenzará a operar el próximo lunes tanto para los servicios internacionales, como para los de cabotaje.
El nuevo complejo, de 50.000 metros cuadrados, demandó una inversión de u$s230 millones y en su construcción trabajaron más de 2500 personas, según se informó.
La obra es una de las más importantes de la historia de la infraestructura argentina y un mojón para la industria aeroportuaria, ya que la terminal mejora la experiencia del pasajero haciéndola «más segura, ágil y cómoda, con procesos de embarque más veloces y eficientes», destacaron.
La nueva terminal de partidas de Ezeiza tiene 230 metros de longitud y 45 metros de altura, con capacidad para procesar 30 millones de pasajeros al año ya que los procesos de embarque se realizan en menor tiempo.
«El nuevo edificio tiene 50.000 metros cuadrados -más de diez canchas de fútbol- y presenta un área de check-in organizada en 5 islas independientes con 150 mostradores (entre 28 y 30 por isla), 72 puestos de self check-in, 24 puestos de despacho automático de equipaje, locales comerciales y grandes opciones de gastronomía reconocida por los usuarios», explicó el Gerente General de Aeropuertos Argentina 2000, Sebastián Villar Gaurino.
Detalló que «incluye conceptos de accesibilidad, mobiliario adaptado para personas con movilidad reducida (área de check- in) y el Centro de Información Accesible con percepción a través del tacto, lo que permite ofrecer funcionalidad y una experiencia fluida y accesible para todos los pasajeros».
Está abastecida en un 100% con energías renovables, utiliza tecnología LED de iluminación y unidades enfriadoras de líquidos de última generación para el acondicionamiento de aire, lo que producen un ahorro de hasta un 60% del consumo de energía.
El diseño arquitectónico incluye una estructura edilicia dentro de otra con la forma de un zeppelin gigante. Es un edificio de 190 metros de largo dentro de la terminal, contenido por una estructura metálica de 950 toneladas en forma de red que está revestida por más de 2100 vidrios laminados templados, que permiten el contacto con el exterior y el ingreso de luz natural.
Cuenta con un sistema de autogestión de equipaje (BHS) único en la región que incluye 20 puestos de despacho automático de equipajes (Self Bagagge Drop-off) en el que el pasajero imprime su propia etiqueta y despacha el equipaje en forma automática a través de equipos de última generación que lo direccionan a cualquier punto de la plataforma.
Uno de los avances tecnológicos más importantes de la terminal es la conexión del despacho de equipajes, con un complejo sistema BHS de 2250 metros de cinta transportadora, que incluye 150 balanzas, 150 inyectoras para etiquetas, y 4 puestos alternativos ubicados en la vereda de ingreso a la terminal.
Fuente: Ámbito