Tolar Grande es un lugar rodeado de salares, lagunas, montañas y volcanes, con paisajes asombrosos y fantásticos que, por sus tonalidades rojizas, se asemejan a Marte. Entre sus principales atractivos se destacan el Cono de Arita, los Ojos de Mar y el volcán Llullaillaco.
«Al llegar a Tolar Grande, uno se encuentra con un lugar mágico, en el corazón de la Puna, con un paisaje único que da la sensación de estar en Marte», aseguró el intendente de ese pueblo salteño, Sergio Villanueva, quien agregó que es un sitio en el que uno «puede cargarse de una energía importante».
Es un pequeño pueblo de aproximadamente 300 habitantes, ubicado al costado de las vías del ramal C14 del ferrocarril General Belgrano, en un área eminentemente minera del departamento salteño Los Andes, a 2.000 kilómetros de Bahía Blanca.
El funcionario detalló que circuitos largos y cortos para recorrer. Entre los largos se destaca el Cono de Arita, que es lo más visitado y mundialmente conocido y que está en el Salar de Arizaro, el tercero más grande del mundo.
El Cono de Arita es una pirámide natural ubicada a unos 80 kilómetros de Tolar Grande, en una zona desértica que se caracteriza no solo por las explotaciones mineras metalíferas, de ónix, mármol y sal, entre otros minerales, sino también por su particular belleza natural y su fantástico entorno puneño de tranquilidad y silencio.
Además de ser un punto muy elegido por los turistas y amantes de la naturaleza que llegan a Salta, se cree que esta misteriosa formación constituyó un lugar sagrado para las civilizaciones preincaicas.
Otros atractivos son La Casualidad, que es el campamento de una mina azufrera abandonada en la época del proceso y que tiene muchas visitas, y el volcán Llullaillaco, donde en 1999 fueron hallados, a unos 6.700 metros, los cuerpos de tres niños criopreservados por más de 500 años.
Entre los circuitos cortos, Villanueva mencionó puntos como El Arenal y Ojos de Mar, que está a tres kilómetros del pueblo, y recordó que allí fueron hallados estromatolitos, organismos vivos que generan oxígeno, y que también son un gran atractivo.
Ojos de Mar está conformada por pequeñas y profundas lagunas de origen volcánico, con agua cuatro veces más salada que la oceánica y de un color entre turquesa y verde.
Lo que caracteriza a Tolar Grande, principalmente, «es la calidad y calidez de su gente, que siempre espera de la mejor manera a los que nos visitan, además de sus paisajes y las costumbres», sostuvo Villanueva.
Además, recomendó a los turistas y visitantes que quieran llegar a Tolar Grande «realizar las reservas correspondientes para viajar seguros y tranquilos», y aseguró que llegar a este lugar de la puna se transforma en «una aventura fascinante».
El hospedaje que se ofrece es principalmente hostales, casas familiares y pequeños hoteles.
Fuente: Télam / Amo Viajar