El cannabis medicinal ha revolucionado el tratamiento de diversas patologías como el dolor crónico, esclerosis múltiple, epilepsia, náuseas asociadas a la quimioterapia, trastornos del sueño, ansiedad y depresión. En Argentina, su producción para uso medicinal e industrial está regulada desde 2017, con lo que se estableció el marco legal para la investigación, producción y uso de la medicina derivada del cannabis.
Romper la barrera de la desinformación es un proceso largo en el que el turismo está jugando un papel clave. Con esa idea se inauguró la primera finca de turismo cannábico en Argentina, ubicada en el valle de Miranda, en la localidad de Sanogasta, en la provincia de La Rioja.
“Muchas personas empezaron a escuchar ahora muy fuerte sobre el cannabis y la manera más fácil de acercarse es poder palpar lo que significa un cultivo, pasar un rato de relajación, un momento de esparcimiento como en cualquier otra finca con el plus de que tenemos servicio de comida, coctelería y las visitas guiadas con instructivos para el cultivo”, dijo Horacio González, ingeniero agrónomo y socio fundador de la empresa UNGE Cultivos Sostenibles, en el programa Amo Viajar.
La finca está ubicada en la precordillera de los Andes, en la localidad de Sanogasta y González la describe como “un lugar muy bonito, rodeado de cerros, una finca de nogales a la que se está integrando el cultivo de cannabis”.
El recorrido depende del gusto del visitante, hay diversidad de actividades para realizar y ofrecen el servicio de asistencia técnica con respecto al cannabis. Explican la técnica del cultivo y la cosecha. La experiencia no incluye la venta de productos medicinales, pues no se realizan en el predio.
“La duración depende de la época del año, ahora en invierno que es un poquito fresco es más acotado, pero también tenemos fogones para pasar un momento más calentito en los momentos de frío”, comentó González.
La finca está abierta este mes de lunes a viernes de 10 a 17 y a través de su cuenta en Instagram (@unge.arg) y sitio web (ungesa.com) se puede establecer el contacto para hacer la reserva.
Relató González que la idea de producción arrancó por intereses comunes de jóvenes cordobeses y “nos encontramos en que queríamos trabajar en eso y empezamos a idear proyectos a través de La Rioja. Se nos otorga la licencia para la investigación y desarrollo de un cultivo de cannabis, y vimos que podíamos hacer turismo para poder sostener esta estructura, apoyados también en los lugares realmente muy bonitos de La Rioja”.
La cosecha de las flores del cannabis se hace anualmente. A fines de junio culminó la de este año y González explicó que ahora “se tienen que hacer varios tratamientos y un óptimo almacenamiento para la extracción de cannabinoides o una conservación de la materia fresca para destinarla a los laboratorios o la producción de aceite”.
