San José de las Salinas, es un pueblito de unos 1.200 habitantes, ubicado a casi 200 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba y considerado la puerta de entrada a las Salinas Grandes, el único salar de la provincia. Es un punto inigualable para apreciar la salida y la puesta del sol en medio de las salinas, un espectáculo visual que cada vez más turistas están buscando.
El municipio, junto con una empresa privada, empezó a incentivar el turismo y abrió el único hotel de San José de las Salinas. “El objetivo era empezar a mostrar el paisaje de una forma confortable y amigable. Este territorio es muy agreste por lo que se recomienda siempre visitarlo con guías profesionales”, explica Adriana Camani, gerenta de Las Salinas Gran Hotel.
La mayoría de los turistas que se acercan hasta la reserva de Salinas Grandes buscan lo mismo: contemplar el amanecer y el atardecer desde el manto blanco infinito. El hotel es uno de los únicos lugares que, con seguridad, está abierto todos los días del año y ofrece visitas guiadas.
Para ver el amanecer el sitio elegido se llama El Retumbadero, donde el sol aparece detrás de unas viejas vías del tren y estructuras de madera que antes se utilizaban para trasladar la sal. Allí se cuenta cómo funcionaba esta industria y se hace un desayuno “salinero” con un té de hierbas de la zona con azúcar quemada y tortas fritas o alfajores a base de harina de algarroba que se produce en el pueblo.
El atardecer se ve en Santa Laura, un pequeño pueblo abandonado a 10 kilómetros de San José, donde el sol cae sobre el salar. Allí funciona actualmente la fábrica Lisal, por lo que la visita incluye un recorrido por los piletones de cristalización (que se utilizan en temporada de baja producción) y por vestigios de maquinaria antigua. También por el refugio Vida Silvestre Monte de las Barrancas, uno de los únicos rincones que no está depredado y que conserva vegetación autóctona. Este paseo termina con una merienda o una cena con picada y empanadas.
El cielo sobre las salinas es otro de los atractivos que está empezando a atraer turistas: es uno de los que menos contaminación lumínica y sonora tiene en toda la provincia. Por esto, y para complementar las visitas guiadas, también se suelen organizar salidas con astroguías y telescopios para observar las estrellas, que varían de acuerdo a la temporada del año.
Además, el hotel empezó a construir un glamping sobre el manto de sal. Se trata de un complejo que, en su primera etapa, tendrá tres domos geodésicos con espacio para nueve personas. La inauguración está programada para mayo.
Fuente: La Nación