Navegar a bordo de un crucero, tocar puerto en las hermosas playas brasileñas y conocer los atractivos turísticos de sus ciudades cercanas es una experiencia incomparable. Los días en estos enormes barcos tienen la diversión y el relax garantizado.
María Emilia Franquello, agente de viajes de la empresa Turismo Volt’s, contó los detalles de cómo es vivir unas vacaciones sobre estas ciudades flotantes y la mejor manera de disfrutar con los paquetes todo incluido.
«Estamos hablando de barcos de más o menos tres cuadras y 15 o 16 pisos, son monstruos», es una de las primeras cosas que mencionó en Amo Viajar y detalló que hay dos empresas que hacen el recorrido de Buenos Aires a Brasil: MSC y Costa.
Ellos «son los que hacen toda la temporada de cruceros cada año desde diciembre hasta marzo. En Costa, va a venir el Costa Diadema, que nunca vino a Sudamérica; y MSC también tiene tres barcos, uno de ellos es el Poesía que es el más grande, más lindo y moderno». En estas embarcaciones navegan entre cinco mil y seis mil personas, solo turistas, a lo que hay que sumar la cantidad correspondiente a la tripulación.
Franquello detalló que el recorrido suele ser de dos días de navegación y después ya se llega a Brasil. Algunas empresas hacen Río, otras hacen Itajai, y después Buzíos, Ilhabela o Santos. Luego de esa parada hay otro día de navegación para pasar por Punta del Este o Montevideo, y finalmente regresan a Buenos Aires. En total es una semana de aventura.
«El crucero es para cualquier tipo de perfil de turista. Antes tenían como esa fama de que era solo para gente grande. Ahora hay hasta quinceañeras, grupos de amigos, familias, chicos, y hay actividades para todos. Algunos cruceros tienen lugares que son reservados solo para adultos también con cabinas que son suites. Se paga un plus y tenés una parte que es solo de adulto con piscina, allí no hay niños», explicó.

Al llegar a los puertos se puede salir de excursión, una actividad que se puede pagar antes de viajar o en el mismo crucero. Eso para quienes deseen bajar del barco, porque dentro «te podés pasar el día haciendo zumba, yoga, yendo al bingo, al casino, a la disco…»
La agente de viajes comentó que en el caso de Turismo Volt’s ofrecen diferentes packs de bebidas que se venden con anticipación, porque en el barco es mucho más caro: «Tenemos packs de bebidas de 20 cervezas, 20 gaseosas, 20 aguas. Después tenemos la elección de bebidas únicamente en almuerzo y cena. Y después la otra opción que es all inclusive, uno que es sencillo y otro que es premium, ese último va con las bebidas alcohólicas».
Las cabinas del barco son distintas en tamaño y precio. Por lo general, están acondicionadas para cuatro personas. «La más barata es la interna», explicó Franquello, «que no tiene ventana» y agregó que es la más recomendada porque allí «solamente vas a cambiarte, a dormir y a bañarte».

Las otras opciones son una con ventana y otra con balcón, mesa y silla, que es un poquito más grande. Finalmente están las suites, que son mucho más grandes, con una sala de estar, baños más grandes y un balcón más más extenso.
Las actividades dentro del barco son muy variadas. Cada noche hay un show diferente en el teatro (magia, circo, bailes), así como noches temáticas (blanca, de rock, de negro, de gala), que son parte del entretenimiento principalmente nocturno y que se da por turnos, combinado con las horas de cena.
Estar conectados con el resto del mundo a través de internet en el crucero suele ser algo costoso. La agente de viajes aseguró que el paquete básico, que permite solo el uso de WhatsApp, tiene un costo de 45 dólares por la semana entera que dura el viaje y además, su uso depende de que haya señal durante el trayecto, así que se suele recomendar, de no ser estrictamente necesario, aprovechar el wifi cuando se llega a los puertos o en los recorridos por las ciudades que se visita.

Franquello detalló también los costos y planes de pago. Destacó que en junio, por el mes del padre hay descuentos de hasta 25% en diferentes salidas y resaltó que en Turismo Volt’s ofrecen el paquete que incluye las propinas, que son obligatorias en al final del crucero: «Para que no haya sorpresa ya las sumamos al precio, entonces uno ya se olvida. Pero hay otras que vos las podés pagar cuando termina el viaje y es más o menos son 14 dólares por día por persona».
En costo de los ocho días de travesía con todo incluido es de unos 1.300 dólares por persona, que se pueden pagar en dólares o en pesos a la tasa de cambio correspondiente. La agente de viajes de Turismo Volt’s, una empresa con 30 años de experiencia en el rubro, especificó que «siempre para reservar el crucero hay que hacer una seña de un 30% y después un mes antes tiene que estar abonado todo. Entonces uno tiene planes de pago y va pagando por partes».
