Cuando viajamos en avión a larga distancia nuestro cuerpo se somete a ciertos efectos que impactan en la salud. No son graves, pero pueden resultar incómodos en el algún momento y por eso, expertos como Tony Schiemer, piloto, ingeniero y médico especializado en medicina aeroespacial, ofrece una serie de recomendaciones para evitarlos.
Deshidratación
Es el primer efecto que puede aparecer. Según Schiemer, los bajos niveles de humedad en la cabina provocan que los pasajeros sientan la garganta, nariz y piel secas. La solución es tan simple como tomar agua antes y durante el viaje. Hay que evitar el alcohol porque puede acelerar el proceso de deshidratación.
El riesgo de los coágulos de sangre
Son graves y, de aparecer, pueden provocar la tan temida trombosis. Suelen formarse en las piernas como producto de varias horas de inmovilidad y viajar al resto del cuerpo. Si bien todas las personas tienen un pequeño porcentaje de que esto suceda, la posibilidad de sufrir trombos aumenta en personas de edad avanzada, pacientes oncológicos, embarazadas o quienes tuvieron un parto reciente, personas con obesidad o que estén atravesando una terapia de reemplazo hormonal.
Si le preocupa el riesgo de desarrollar coágulos de sangre, consulte a su médico antes de volar. Por lo general, no sabrá que lo desarrolló hasta después del vuelo”, explicó.
Los cambios de presión en la cabina y la reacción del gas de nuestro cuerpo
Algunas personas pueden sentir dolores de oído o de cabeza y, en otros casos, problemas intestinales. “Son un tema en la medida que el avión sube y desciende”, añadió Schiemer. Es temporal y solo aparecen en los momentos de aterrizaje y despegue.
El síndrome de la clase económica
El último elemento lleva ese nombre por ocurrirle mayoritariamente a las personas que viajan en clase turista o económica y está enteramente ligado a los cóagulos en la sangre y el riesgo de trombos explicado anteriormente.
Esto se debe al poco espacio que suele haber en esa parte del avión en relación a primera y la poca amplitud de movimiento para las piernas que tienen los pasajeros. Destaca el especialista, “son problemas que no ocurren con tanta frecuencia”. No obstante, ante la presencia de dolores e hinchazón en una pierna, dolor en el pecho, tos y/o dificultad para respirar horas posteriores al vuelo, se recomienda acudir de inmediato al médico.
Fuente: La Nación